Colecho

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¿Resulta recomendable practicar colecho? ¿Hasta qué edad es aconsejable practicarlo? ¿Cuándo se debe pasar al bebé a la cuna y/o cama? Son preguntas que no te vamos a contestar en este post.

Qué y quién tiene esos conocimientos y por qué debemos dar prioridad a esas opiniones en algo tan subjetivo como son las necesidades y evolución tuyas y de tu bebé.

No es de genios reconocer los beneficios que tiene la práctica del colecho sobre el bebé y sobre sus papás. Y las contraindicaciones. Sólo basta con haber tenido un bebé. Da igual lo que te cuenten. Harás lo contrario, junto con algo que te suena, muchas ganas de hacerlo bien y sobredosis de cansancio, mucho cansancio.

No es de seres especialmente inteligentes saber que cuanto más tarde el niño en irse de la cama de sus padres, más tardarán estos en recuperar la intimidad y el descanso.

En mi casa seguimos practicando el colecho con nuestra pequeña de 14 meses ¿es bueno? ¿es malo? Me produce indiferencia leer artículos que no lo recomiendan por el vínculo excesivo hacia los padres… ¿De verdad creen que mi hija seguirá durmiendo con nosotros cuando tenga 18 años? Incluso, la mitad de años. Lamentablemente es una época que pasa tan rápida. De hecho, la vida pasa tan rápidamente…

Cuando ella era un bebé dormía en su minicuna ideal para practicar colecho (se bajaba uno de los laterales, se anclaba a la cama, etc.). Con 3- 4 meses esta minicuna le daba la autonomía para, con una especie de media vuelta, “subir” a nuestra cama y dormir la última hora de la noche con nosotros. A la que me daba cuenta, la ponía en el medio de los dos. He de reconocer que hasta los 4-6 meses dormía obsesionada con no chafarla al movernos. Ella viene bastante grande lo que nos llevó a los 4-5 meses plantearnos si tenía espacio suficiente para descansar en la minicuna. Junto con su papá decidimos que era el momento de pasarla a su cuna, en su habitación. Nos equivocamos (más bien no fuimos fuertes). La cuna debía tener unos pinchos invisibles para papás que producían que nuestro bebé llorara cada vez que la dejábamos. Esta situación provocó que pusiéramos la cuna en nuestra habitación pero como los barrotes no se bajaban y ella no podía pasar a la cama, lloraba, gruñía, gritaba… A lo que decidimos volver a poner la cuna en su habitación y a ella con nosotros en la cama.

Repito que pese a que en su momento lo teníamos muy claro, fuimos cómodos, vagos, fáciles o como quieras definirlo. Supongo que tampoco nos importaba (importa) que duerma con nosotros.

Aunque hay días que, por comodidad, nos gustaría que fuera una niña habituada a dormir en su cuna, en su habitación, a las 20 horas… ella no es así y nosotros tampoco la hemos acostumbrado a eso.Mi experiencia personal y la psicología, mi profesión me lleva a extraer ciertas conclusiones.

A favor del colecho:

Como madre

  1. Felicidad por dormir con los dos amores de mi vida. Acurrucaditos y abrazados los tres. ¡Qué demasiado!
  2. Facilidad para volver a dormir tras episodios de insomnio. No tienes que levantarte de la cama o la tranquilidad de tenerla al lado cuando está constipado, sueña o se le ha caído el chupete.
  3. Comodidad, mucha comodidad, si practicas lactancia materna. No tienes que levantarte de la cama.

Como profesional

  1. Refuerzo del vínculo materno/paterno – filial.
  2. Experiencia integradora tanto para el niño como para el padre. El padre puede compartir más tiempo y espacio con el pequeño. Los primeros meses de vida y en especial si se practica la lactancia materna el padre ocupa un lugar en un segundo plano. No es machismo, ni feminismo. Es realidad. El niño busca a la madre porque no ve. Sólo se rige por sonidos y olores que ha estado viviendo durante 9 meses en el vientre y estos corresponden a la madre.
  3. Existen estudios que demuestran que la práctica de colecho calma las necesidades del bebé con mayor celeridad lo que ayuda al descanso de la familia en general.
  4. Ciertos estudios relacionan la práctica de colecho con adultos con una mejor autoestima, más autocontrol, seguridad en si mismos, tolerancia al estrés y en general, personas más felices.

En contra del colecho:

Como madre

  1. Falta de intimidad en la pareja
  2. Dificultades para dormir. Ella ocupa el 80% de la cama, mientras que su papá y yo el 20% restante. Además, tener el pecho cerca produce que se despertara más veces durante la noche.
  3. Riesgo de caída, asfixia o aplastamiento.

Como profesional

  1. Exceso de dependencia. Si la relación diurna y diaria es más con uno de los dos progenitores (mayoría de las veces con mamá) es recomendable que haga otras actividades únicamente con el otro (por ejemplo baño, cena…) por romper un poco el estar 24 horas bebé- progenitor (madre).
  2. Cierta introversión en los primeros años de vida. Acostumbrarse a dormir con papá y mamá producen que posiblemente cueste que se quede a dormir en casa de familiares o amigos.

Odio leer artículos con pedantería que te explican qué debes hacer y cuándo lo debes hacer. Deja de dormir con tu pequeño cuando te de la gana.; faltaría más que alguien tuviera que decirte cuándo hacerlo. Ponlo a dormir en su cuna cuando él lo pida o tú lo creas conveniente.

¿Estás hart@ de oir a pediatras, psicólogos y otros especialistas que cada niño lleva su propio ritmo de aprendizaje? Pues aquí funciona un poco parecido. El ritmo lo marcará el bebé y sus papás.

Y tú, ¿has practicado o estás practicando colecho? ¿qué te parece? ¿qué modelo crees que es mejor? Ofrece consejos para los papás que se van a estrenar en este 2017.

¡¡Hasta el próximo post Zagaletes!!

 

 

 

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