Si quieres dar pecho, si estás dando el pecho, si no has querido darlo, si no has podido, si el tipo de alimento no era suficiente para tu hijo, si todavía no sabes lo que quieres hacer, si eres hombre y quieres implicarte y ayudar a tomar una decisión este artículo te puede interesar. Aunque sólo sea por cultura general, míralo. Evita los 10 errores más comunes frente a la lactancia materna.

Muchas decisiones tenemos que tomar al respecto antes y después del nacimiento de nuestros hijos. Y a veces, aunque tomemos una decisión, las cosas no salen tal y como planeábamos.

Sólo queremos resolverte algunas dudas al respecto y evitarte alguna que otra sorpresa, sobre todo si eres primeriza.

En primer lugar, tú y sólo tú debes de ser la responsable de tomar la decisión si quieres o no dar el pecho a tu bebé. Es un vínculo precioso que se establece entre el bebé y la mamá pero para nada se puede decir que es algo fácil. Es una práctica muy cómoda porque no tienes que andar con biberones pero la responsabilidad de alimentación recae, exclusivamente, sobre la madre durante los cuatro- seis primeros meses de la vida del bebé. Durante la lactancia la madre no puede fumar, beber, hacer dieta… También es cierto que dicen que si das el pecho recuperas la figura con mayor celeridad (reservaré mi opinión porque no es mi caso o no quiero imaginar con cuántos kg seguiría si no hubiera dado pecho).

Durante los reconocimientos médicos propios del embarazo te suelen preguntar si vas a querer dar el pecho pero si no lo tienes claro, no tienes por qué tomar ninguna decisión en ese momento. Cuando se acerque el momento parto, ahí sí que deberías ir despejando tus dudas, más que nada que si tienes claro que no quieres darlo, en el mismo quirófano administran una pastilla para evitar la subida de la leche materna.

No te asustes si, a medida que se va acercando el parto, sale líquido de tus senos. El cuerpo es sabio y se va preparando. La leche tarda dos, tres e incluso cuatro días en subir después del nacimiento del bebé y la mayoría de veces, es muy doloroso. En mi caso no lo fue. Simplemente noté un calor continuo en el pecho pero por el contrario, lo pasé fatal días posteriores. Pensaba que los pezones se me iban a caer a trozos. Por suerte, la matrona del mismo Hospital donde nació mi hija me ofreció una muestra de crema reparadora que, en unos días, permitió que desapareciera ese dolor horroroso, comparable al de las contracciones provocadas con oxitocina. Alucinante. La crema reparadora es de farmacia y es el típico ungüento que, como un alquimista, crean determinadas boticas con un poquito de esto sumado a un pizquito de aquello. Seguro que la farmacia de tu barrio tiene algo similar, si no, te pasaría la referencia de la farmacia.

Ten mucho cuidado con pezoneras, cremas de preparación para el pezón, etc. Para mi son saca cuartos. La evolución de la especie ha permitido, tras muchos siglos de historia, que los bebés se alimenten sin pezoneras, ni cremas, así que si no tienes un problema en concreto no adornes más de lo necesario tus pechos. Tu hijo es puro instinto. Sabrá como cogerse al pecho.

Para desmitificar falsas afirmaciones ni los partos naturales aseguran que puedas dar el pecho; ni, por el contrario, las cesáreas que no vaya a subir la leche. No son más que mitos. Seguro que conoces a muchas mujeres que han sido parturientas. Pregúntales. No te cortes en pedirles información. Seguro que te ayuda a tomar una decisión, si todavía no lo tienes muy claro.

Los niños de biberón se crían igualmente e igual de sanos. Bien es cierto que muchas Asociaciones de Pediatría recomienda la lactancia materna y si puede ser, exclusiva hasta los 6 meses, algo bueno tendrá pero si tienes tomada la decisión que no quieres darle pecho a tu hijo, si la leche no ha subido o no alimenta bien a tu hijo. No pasa absolutamente nada. El niño se va a criar igual de bien con la leche de fórmula.

Otro punto que debes conocer es el tema del sacaleches. Toma una buena decisión. Si quieres visita nuestro post qué sacaleches debo elegir. A diferencia de lo que piensa el resto de la gente, es una decisión que merece ser pensada durante unos minutos. Puedes extraer la leche para congelarla, donarla, que alguien se la ofrezca al bebé cuando tú no estás o simplemente para vaciar el pecho. Para cada una de estas situaciones, se necesita uno u otro tipo.

La mastitis o inflamación de las mamas se debe a una infección causada por una acumulación de la leche o bien por la obturación de algún canal. La mejor manera de evitarla es cuidarse mucho. Evita que tus pechos estén muy llenos, vaciándolos en la ducha, con contrastes de frío y calor, con un extractor, etc. No debes dejar de amamantar y sobre todo, acudir al médico si el dolor es muy extremo, la zona está especialmente roja o inflamada o presentas fiebre.

Recuerda que tú eres la madre y conoces mejor que nadie a tu bebé. Si crees que se queda insatisfecho, muy nervioso, llora mucho todo el día… piensa que puede tener hambre. Podría ser que la leche no le saciara y necesite más alimento. Coméntalo con tu pediatra. Si este se muestra contrario a darle otros alimentos (sobre todo antes de los seis meses) y tu bebé no deja de llorar, insiste o visita a otro pediatra.

Nunca jamás te sientas mala madre por no haber querido/ podido dar el pecho. A veces las hormonas juegan una mala pasada. Por ello, siempre recomiendo ir con la mentalidad ¿Quiero dar pecho? Si. Lo daré si me sube y si la que sube sacia a la perfección a mi bebé. Si no, no pasa nada y criaré a mi hijo entre biberones.

Espero que os haya sido de gran ayuda y si lo ha sido, por favor, comparte para que otras personas puedan leerlo.