Como hemos experimentado la mayoría de personas que hemos tenido un bebé, su llegada marca un antes y un después en todos los aspectos de la vida. El descanso es uno de ellos. Ciertamente nunca se vuelve a dormir y descansar de la manera que se hacía antes, sin preocupaciones y sin nadie que dependiera de ti, como es tu pequeñ@. De todas formas hay que aprender a aceptar la nueva situación y a restablecer las pautas.
Los primeros meses, sobre todo, cuando hablamos con padres primerizos son los más complicados. Además, el ritmo de adaptación dependerá del ritmo que marque el niño. Bebés que duermen bien prácticamente toda la noche, desde el nacimiento.; así como sus siestas diurnas permitirán que los papás se adapten con mayor rapidez a esta nueva etapa, a estos cambios. Si no es tu caso, no desesperes. Todos los niños terminan durmiendo; les costará 3 meses o 6 años, pero dormirán.
Te dejamos 3 reglas de oro que podrían ser de ayuda para favorecer el descanso. Se deben trabajar desde el nacimiento:
- Enseñarle a diferenciar entre el día y la noche. Muchas personas creen que cuando el bebé duerme la siesta matutina debe hacerlo en su habitación, sin ningún ruido, con la luz apagada, la persiana bajada, etc. Puede funcionar en algunos casos pero generalmente es un error. El niño dormirá sus siestas matutinas igualmente con la persiana subida y con el ruido propio del día; de hecho, debes acostumbrarle a ello para que diferencie el sueño de la noche con el sueño del día.
- Una mantita, un doudou, un muñeco… puede ser de gran utilidad para que se queden dormidos en su cama. Los recién nacidos llegan a este mundo con necesidad de contacto, cariño y mimo. Llevan nueve meses, desde que son creados, dentro del vientre de la madre; en contacto con ella, con su olor. Antes que llegue el parto impregna con tu fragancia uno de estos útiles (mantita, doudou, muñeco…) y déjalo en su cuna. El bebé tiene un olor familiar junto a él; eso permitirá que se relaje e incluso que descanse.
- Los niños necesitan rutinas. Los bebés, desde el nacimiento, deben ser carne de rutina. Acostúmbrales al mismo procedimiento cada día (no implica que días puntuales o fines de semana no se puedan romper estas reglas). Por ejemplo, baño- cena-cuento-cama; baño- cena-cuento-cama… en unos días el niño asociará que después del cuento toca dormir.
Cada niño es un mundo y lo que a unos les sirve, a otros no. Está bien escuchar consejos de las personas de tu alrededor pero nos podemos volver locos si hacemos caso a TODO lo que nos dicen. Selecciona lo que te pueda ir bien en tu caso. Recuerda que el descanso de tu bebé, será tu descanso.