Los papas de mis papitos, son mis yayitos…

¿Qué haríais sin los abuelos? Primero porque como padres que han sido, nos lo han dado todo y se han esforzado por darnos más de lo que han podido. Y después, como abuelos, nos acaban de dar hasta el último de sus alientos.

(fuente: La República)

Cuidado, quien piense que por darnos todo hablamos de algo material, ya puede ir dejando de leer el post puesto que no va a encontrar algo de lo que está buscando o está esperando encontrar.

Pese a que hay padres y padres, vamos a hablar de los que, patológicamente hablando, están sanos. Ni de los que abandonan, ni maltratan… recientemente me he convertido en mamá y no puedo entender ciertas actitudes pero, repito, antes de tener una cierta acritud, hablaremos sólo de los que no presentan una patología o como diría el DSM-IV (manual disgnóstico de trastornos mentales), los que esta patología no obstaculiza la normalidad de la vida social, personal y profesional.

En Cataluña, los niños llaman a sus abuelos “iaios”. Que ahora pensaba… ¿si se independizan del resto del país, podremos seguir utilizando su vocabulario o sus manjares como el “pa amb tomaquet, les calçotades o els “cargols a la llauna”? Bromas a parte, prosigamos…

Los yayos, cómo denominamos cariñosamente a los abuelos, madrugan, van a casa de sus hijos para que los pequeños no pasen frío o calor, les acompañan al colegio, los van a buscar, les dan de comer, merendar, cenar, les acompañan al parque y además de todas estas tareas, les dan cariño, amor, educación… En épocas de crisis incluso son los sustentos económicos de familias enteras.

Muchos tienen en la boca que los nietos con los abuelos se vuelven egoístas, que hacen lo que quieren, que “los malcrían”. No debemos olvidar que la responsabilidad de educar es de los padres y no de los abuelos o profesores (podéis ver el post “educación o aprendizaje, donde se habla de este tema). Los abuelos ya tuvieron que educar a sus hijos y resulta egoísta pedirle que lo hagan, en esta ocasión, con sus nietos. Con la hipoteca pagada, la vida más o menos resuelta, sin prisas, sin horarios… cumplen todos los requisitos para limitarse, únicamente, de disfrutar de los más pequeños de la casa.

Aprovecho el post para criticar ciertos casos en los que los abuelos se sienten cansados, con estrés, sin tiempo para ellos, incluso a veces explotados y hacer un llamamiento a esos hijos que andan tan liados trabajando para pagar la hipoteca, el colegio, los gastos, etc que no tienen tiempo de tener una conversación con sus padres, saber en qué punto se encuentran e intentar buscar soluciones realistas.

Volviendo al tema…

Bien es cierto que los niños que no tienen una persona de referencia se encuentran más perdidos. Bien es cierto que los infantes necesitan un estilo educativo que se encuentre en corrientes centrales, ni autoritario ni negligente y que este estilo irá evolucionando a medida que vaya creciendo el niño.

Como en todas las disciplinas, un autor descubre o innova un tema con una cierta metodología y a raíz de él surgen detractores, partidarios y partidarios que realizan alguna modificación.

En educación, es más de los mismo.

Hablaremos de las tres grandes categorías y luego que, cada uno, investigue sobre el que más identificado se sienta.

• Por un lado, existe un modelo de educación parental conocido como autoritario, donde obediencia, castigo, fuerza, subordinación o control serán las premisas básicas a seguir. Este estilo no beneficia al niño; más bien al contrario: merman al individuo, su estima y su creatividad. Los niños son reservados, poco comunicativos, poco afectuosos…

• En un segundo lugar estarían los padres permisivos, que se comportan de una forma completamente diferente a los del primer supuesto. Se comportan de una forma facilitadora (reafirman, aceptan, no controlan, evitan la autoridad, sus castigos y restricciones, no son exigentes, etc) pero los niños educados en este ambiente presentan igua lmente conductas negativas hacia su yo o hacia los demás. Algunos ejemplos, pueden ser personalidades inmaduras, antisociales, dependientes…

                               

                                                                                                                                                        (fuente; mundo pedagógico)

• Y por último, el modelo más intermedio, el que a mi más me gusta y más ventaja creo que dispone, que sería el democrático. Los padres tienen un cierto control sobre la vida del hijo pero hacen uso del razonamiento y la negociación para establecer y cumplir tanto los derechos como los deberes. El niño tiene voz, responsabilidades y un grado de autonomía que hace elevar su autoestima y su capacidad de socializarse con el medio.

   

Antes de juzgar de cómo los abuelos interaccionan con tus hijos, haz tu propio feedback, sé sincero o sincera contigo mismo y valora cuál es tu estilo y mejora en aquellos aspectos que debas hacerlo.

Te propongo un juego:

Pregunta a tus hijos y a tus padres/suegros a qué estilo perteneces y qué cambiarían de todo lo que hacéis. Cuidado, para realizar esta tarea hay que tener una buena capacidad de crítica y saber aceptar las críticas de los demás.

Podéis contestar a la pregunta del enunciado: ¿son capaces de criar los abuelos? ¿crian o educan? ¿deberían educar?

¡Hasta el próximo post!